Derivados

¿Qué son los derivados?
Los derivados son contratos financieros cuyo valor se basa en el precio de un activo subyacente, como acciones, materias primas, divisas o incluso tipos de interés. En lugar de comprar directamente el activo, los operadores utilizan derivados para apostar sobre la evolución de su precio, lo que puede ofrecer formas de gestionar el riesgo o amplificar los beneficios potenciales.
Cómo funciona
- Activo subyacente: El valor de un derivado está vinculado a la evolución del precio de otra cosa, como un barril de petróleo o el precio del Bitcoin. El precio del derivado sube o baja en función de las variaciones de ese activo subyacente.
- Tipos de derivados: Los derivados más comunes son los futuros (incluidos los perpetuos o perps), las opciones y los swaps. Cada tipo tiene estructuras y finalidades diferentes, desde fijar precios para el futuro hasta proporcionar un seguro contra las oscilaciones de precios.
- Gestión del riesgo o especulación: Algunos utilizan los derivados para protegerse de las variaciones de precios (cobertura), mientras que otros los utilizan para apostar por las variaciones de precios (especulación).
Ejemplo
Imagina que negocias en una bolsa y esperas que el precio del Bitcoin baje pronto. Para beneficiarte de ello, abres una posición corta vendiendo un contrato de futuros, bloqueando el precio más alto de hoy. Si el precio de Bitcoin cae como se espera, puedes cerrar el contrato al precio de mercado más bajo, obteniendo un beneficio por la diferencia. En este caso, el contrato de futuros te permite cubrirte o especular con los cambios de precio sin necesidad de poseer el activo real.
Principales conclusiones
- Los derivados son contratos que obtienen su valor de los movimientos de precios de otro activo.
- Pueden utilizarse con fines de cobertura (gestión del riesgo) o de especulación (búsqueda de beneficios).
- Entre las formas más comunes se encuentran los futuros (incluidos los perpetuos o perps), las opciones y los swaps, cada uno de ellos con objetivos y estructuras únicos.
En resumen, los derivados son contratos financieros que permiten a los operadores apostar o protegerse contra las variaciones de precios de los activos sin ser propietarios de ellos, lo que da a los inversores flexibilidad para gestionar el riesgo y el beneficio potencial.